domingo, 2 de abril de 2017

CRÍTICA al libro de Larry Mullins «HISTORIA DE LOS ESCRITOS DE URANTIA»


CRÍTICA AL LIBRO DE LARRY MULLINS

«HISTORIA DE LOS ESCRITOS DE URANTIA»


[Si tienes tiempo, lee todo. Si no lo tienes, lee lo que está en azul]


Piensa un poco.

Los primeros fiduciarios de la Fundación Urantia tenían como deber preservar el texto de la Revelación Urantia inviolado.

Simplemente con esta información, yo te hago la primera pregunta. Por «texto» ¿te refieres a significado o a formas?


Porque imagínate -un caso hipotético- que un señor de una imprenta de hace setenta años se equivoca, marca «Gerusalén» en una plancha, nadie lo advierte, y así consta en la primera edición. ¿Hay que respetar Gerusalén para siempre en esa página o cambias en la siguiente edición a Jerusalén porque reconoces que este error sí que distorsiona la Revelación y su texto original, al despistar innecesariamente al lector?

Muchos autollamados urantianos, como Larry Mullins, se obcecan con que la Fundación debió y debe publicar edición tras edición lo que se obtuvo con tanta satisfacción en 1955, pero para mí que no piensan o no quieren pensar. Quien escriba todo un libro postulando esto como una de sus ideas claves sólo podrá ser falso intelectual.


Observa el inevitable proceso que se dio, y que produjo tres textos, absolutamente idénticos sólo en condiciones idóneas e ideales;


Texto 1- Aparece el texto revelador ya traducido al inglés y escrito «a mano» por los midwayers (medianes, medianos, seres intermedios). Los midwayers no son Dios, por si alguien no es consciente de ello.

Texto 2- Humanos pasan dicho texto «manuscrito» a máquina, con el subsiguiente riesgo de cometer algún error en la trascripción.

Texto 3- Humanos pasan este último texto ya mecanografiado a planchas de imprenta con la tecnología de mediados del siglo pasado por proceso de linotipia, con el riesgo de que no todos los errores menores se puedan detectar en las pruebas.


Suponiendo que la imprenta funciona bien -maquetación, tinta, guillotina, encuadernación, etc- a ti te llega el texto material último, el número 3.

Ahora yo te hago una pregunta muy simple: ¿Cuál es el texto revelador? ¿El texto 1, el 2 o el 3?

Contéstate a ti mismo antes de continuar...


***

El señor Larry Mullins dedica páginas y páginas a montar revuelos alrededor de la nimia cuestión de corrección de errores menores, tipográficos e inexactitudes. Correcciones que él llama preocupadísimo «cambios en el texto revelador». Mientras tanto, simultáneamente se muestra contrario a la protección legal del texto por propiedad intelectual.

¿Cómo era eso de cebarse con el mosquito y tragarse el camello?


Todo el tiempo alarmando al lector sobre unos cambios supuestamente terribles que se efectuaron tras la primera edición sin el permiso de los reveladores. Bochornoso leer estas cosas de un presunto buscador de la verdad, de un presunto urantiano, ya que una persona de bien, antes de escribir un libro insinuando estos venenos, simplemente medita sobre la naturaleza de dichos cambios para pasar a reconocer sin problemas que todos estos cambios son correcciones, la gran mayoría tipográficas y de ortografía.



No, yo no necesito especular con que si los reveladores autorizaron o no ESE TIPO DE CAMBIOS de ESA MISERABLE LISTA ni si lo autorizaron por escrito, ante notario, ante Mullins o ante Dios. Observando la naturaleza de dichos cambios uno comprende que es obvio que fueron autorizados, pues se tratan de correcciones formales y no de significado.



Unos cambios sobre un texto cualquiera pueden consistir en alteraciones de significado o bien en correcciones de forma. Si hay alteraciones de significado, como frases que cambian de sentido, oraciones que desaparecen o frases que aparecen, está justificada la alarma. Pero si se trata de meras correcciones, alarmar a la gente de esta manera será miseria humana.



Todos los cambios que ha efectuado la Fundación pertenecen a la última categoría. Aquellos de mayor relevancia fueron decididos de la primera a la segunda edición, como era de esperar, y estando la mayoría de los miembros de la Comisión de Contacto aún vivos. El cambio más importante de todos, simplemente para que nos hagamos una idea de la verdadera relevancia de «esos importantísimos cambios efectuados por Urantia Foundation» es la omisión definitiva de cierto «...in the manger» (... en el pesebre). Si ya sabes que los midwayers que escribieron la parte IV no son seres perfectos –de hecho están muy próximos a nosotros– ¿Qué sabes tú si prefirieron finalmente omitirlo, por razones de exactitud, y qué sabes tú si así se lo hicieron saber a la comisión de contacto? Ese «en el pesebre», por otra parte, no cambia el sentido de la oración porque es un mero complemento circunstancial.


Se sabe que en cierta fecha dejó de tener sentido el contacto continuado entre la Comisión humana de contacto –que representaba «a la humanidad»– y la Comisión invisible de medianes –que representaba «a todos los Reveladores»–. Pero ¿no se le ocurre a uno pensar que si ellos no dijeron «adiós» fue simplemente porque no tenían necesidad de hacerlo?

¡Los medianes no abandonan el planeta!



¿No se le ocurre a uno pensar que si los Reveladores pudieron decir alguna vez —«Os habéis quedado solos» se podrían haber referido a lo que fue durante décadas un proceso habitual, unas responsabilidades determinadas y unas asesorías concretas?

¿No es uno capaz de reconocer que todos decimos todo en algo que se llama CON-TEX-TO?

Ya tienes garantías de que Emma Christensen (Christy) fue aceptada por los reveladores. Perteneció a la Comisión de Contacto. ¿Cómo te atreves a comparar la relevancia de las posibles voces que ella pudiese oír en momentos muy determinados, posteriores a la publicación de la primera edición, con las de un urantiano esquizofrénico de la época que aconsejó a todo el mundo protegerse de una inminente tercera guerra mundial?


TODO AUTOR DESEA QUE LA EDICIÓN DE SU OBRA -el libro «físico»- QUEDE FORMALMENTE «PERFECTA», y los autores de Urantia no son una excepción. ¿Por qué deberían serlo? No me creo que no sea consciente de este hecho un escritor, que escribe obras.


Para ser una persona que está en contra de «la protección intelectual» del contenido del libro, y que por tanto no debería mostrar demasiado celo por «cambios», Larry Mullins sí que muestra un estúpido celo y obsesión por unos cambios tipográficos que se efectuaron de manera lógica. De manera lógica porque es obvio que se tratan todos de CORRECCIONES. Las correcciones te acercan a, y no alejan de, el texto original, porque el texto original es el 1 y no el 3.

No para de insinuar en su libro que la Fundación faltó a su deber «por hacer cambios en el texto original» cuando lo que ocurrió exactamente es que la Fundación «llegó al puro texto revelador original precisamente corrigiendo las erratas e inexactitudes de las primeras ediciones».

Él compara a Christy, última superviviente de la Comisión de Contacto, con un loco tal Grimsley, fundador de una secta llamada Hijos de Dios y que empezó a oír sus propias voces. Christy fue aceptada por los reveladores, Grimsley no, y no importa absolutamente nada que se conocieran. También compartieron experiencias Jesús y Judas ¿no? ¿Que nos importa si el ego de un urantiano inicialmente brillante llamado Grimsley le acabó venciendo? ¡No será el primer caso ni el último!

Tanta preocupación observada por los cambios en la primera edición de 1955 que en tu opinión los reveladores no autorizaron, pero no dices «ni mú» a las ostentosas intervenciones humanas que la pérdida de copyright posibilitó, como que editoriales comerciales vendieran copias de la revelación con fotos humanas en la portada y segundos títulos sensacionalistas en letra grandísima para vender más. ¿«La Biblia de Dios», consta en la portada de una de las ediciones no autorizadas del Libro de Urantia? ¡Cuán desgraciada coletilla! ¡No es Biblia de Dios!

En cuanto os apropiáis de una Revelación que ningún revelador os confió, empezáis a mentir desde la propia portada. Eso es lo que hacéis o permitís.

Cuestionas las decisiones de Christy, última superviviente de la comisión de contacto como si te tuviera que dar explicaciones a ti, y no cuestionas la anarquía de todo tipo de gente rara asociada al movimiento que han gestado ya todo tipo de revueltas y ocasionado todo tipo de problemas.

Criticas a Martin Myers, uno de los fiduciarios más serios y coherentes que han habido, y no criticas a Harry Mac Mullan que mutiló el libro de Urantia vendiendo la parte IV por separado y lucrándose con ello. ¡Hipócrita!

***


No, Larry Mullins, la Fundación no se creó para serviros «a vosotros», sino para servir a la Revelación misma, y la aportación de tu propia historia es sembrar desconfianza hacia los humanos que los reveladores SÍ eligieron o aceptaron (William Sadler, Bill Sadler al que llamas prácticamente alcohólico además de fumador empedernido e infeliz, Christy de la que insinúas que se tomó dudosas libertades) mientras que poquito de malo dices en contra de cierta gente que los reveladores no eligieron, como Harold Sherman, el primer rebelde de la revelación actuando por influencia de Caligastía, de tus amigos de la fellowship Kristen Maaherra, su tesorero Harry Mc Mullan o del pérfido Martin Gardner.



El libro de Larry Mullins comenzó con cierta objetividad pretendida, pero fue decayendo hasta hacerse «un libro más de la Fellowship». Vacío, parcial, y tendencioso.

Las obras humanas secundarias tienen cierta importancia porque desarrollan contenidos de Urantia. Pero aburren los libros «urantianos» TERCIARIOS que están basados en «historietas» tipo -«Thompson me dijo que Kendall me dijo que Bedell le dijo que Christy le dijo que Sadler le dijo que los medianos le dijeron...» Este tipo de libros siempre confunden más de lo que aclaran, y la razón te la podrá confirmar cualquier psicólogo. A través de este tipo de cadenas toda verdad inicial queda finalmente desfigurada, incluso con el mejor de los propósitos. Estos corre-ve-y-diles los usa la gente para defender o cuestionar o atacar personalmente ciertas decisiones que hubieron de tomarse en la corta historia del movimiento.



Al leer lo que leo, comprendo perfectamente que los Reveladores pidieran el mayor secreto posible respecto a los aspectos que rodearon exteriormente al contenido de la Revelación. Nos conocen desde hace milenios y saben de sobra lo tontos que podemos llegar a ser.



¿Es que no puedes deducir por ti mismo la conveniencia de tener el texto protegido por propiedad intelectual? Si la legislación norteamericana sólo permite a ciudadanos norteamericanos registrar la propiedad intelectual de obras ¿te produce a ti acaso algún trastorno que la Fundación, organización impulsada por los reveladores, aproveche el hecho de que Sadler fuera en su día autorizado a hacer el índice para registrarse como autora a efectos legales, pudiendo hacerlo? (ver «Setting the record straight» de la Fundación) ¿No te está diciendo la Fundación ya en el índice de cada libro que publica quién es el verdadero autor de cada documento? Pero tú y otros decís que para poder registrar el libro la Fundación mintió... ¿A qué juez que tenga un libro en la mano se le puede mentir en esto?


¿Por qué habría de ser precisamente el libro más importante del mundo el único que no tuviese derecho a disfrutar de protección intelectual? ¿Por qué un libro escrito por reveladores debería estar legalmente indefenso ante tergiversación de terceros? Y si no es la Fundación quien debió registrar el texto por copyright ¿quién debería haberlo hecho?

¿«TÚ»?

¿Nadie?

¿Sherman, después de añadir material paranormal?

¿Gardner, después de añadir numerología y quitar muchos documentos que no le gustaron –o sea todos-?

¿Rocío, después de quitar toda mención sobre eugenesia?

¿Un ateo cualquiera, después de quitar los documentos sobre Dios?

¿Loose, después de añadir un documento explicando cómo hacer viajes astrales a Júpiter?

¿Antón Le Vay, «adaptando» el libro a las creencias de su iglesia satanista?



Los que os llamáis creyentes urantianos pero estáis en contra de la protección del texto revelador no sois urantianos, sino otra cosa que mejor me callo.



¿No puedes deducir por ti mismo la conveniencia de tener registrada la palabra Urantia o el símbolo de los círculos concéntricos? ¿Te da igual que pasados grupos reencarnacionistas o esotéricos o que futuras organizaciones racistas puedan incluir libremente la palabra Urantia o la bandera de Miguel como identificativos propios? ¡Pues a mi no! ¿Cómo esperas impedir estas indeseables asociaciones?



Perteneces al grupo de la Fellowship, caricatura de hermandad, la que acogió desde el principio a todo tipo de personas incluidos canalizadores, astrólogos, magos y cada uno de la cúpula administrativa queriendo usar el material «Urantia» en sus empresas libremente. Por eso quisisteis destruir el copyright de la Revelación.



No te importa que potenciales buscadores de la Verdad pasen por alto a Urantia como fuente posible de Verdad por toparse con dicho nombre asociado a grupos tipo secta, o a grupos «Nueva Era», o a mediocres artistas con malos dibujos de ángeles y demonios. Pues a mí sí.

¿«Dominio público»? Pero ¿«qué público»? ¿Seguro que está «todo el público» a la altura y madurez de esta Revelación? Alegáis que Urantia deba ser de dominio público, pero os referís en realidad al dominio de cualquiera. Lo que debe ser Urantia es PARA todo el mundo, NO DE todo el mundo.


Si además de observar el mundo de hoy creemos en el libro de Urantia tal como anunciamos, no pecaremos de ingenuos y tendremos confirmación de la existencia permanente de un sector de población que se identifica con el mal pues siempre el hombre tiene libre albedrío.



En este mundo sumido en sombras, arrastradas era tras era, dicho sector será considerable.
Ese sector odiará Urantia, porque el sector está en la sombra mientras que el libro porta luz. Luz intelectual, uno de los tres tipos de luz que existen en el Universo (P.9 - §10).

La gente debe poder acceder a la revelación libremente, pero no disponer de ella anárquicamente. Hay una gran diferencia.


La impaciencia dio al traste con todas las Revelaciones de Época del pasado y... ¡Qué casualidad! Sois vosotros -la Fellowship- los impacientes de ésta, criticando a la antigua Fundación por promover una expansión que vosotros llamáis lenta y nosotros llamamos natural.


Vuestra impaciencia rezuma por todos lados:

- Obcecarse con que el texto 1955 sea el texto revelador formalmente perfecto no deja de ser una forma de impaciencia.

- Querer que el texto revelador sea de dominio público, pudiendo hacer cada persona lo que le venga en gana con ella es otra forma de impaciencia.

- Vender la Revelación Urantia como Biblia de Dios es, en última instancia, otra forma de ser impaciente.

- Instigar a publicidades agresivas del libro, para que todo el mundo lo conozca como si el libro mágicamente hiciera de cada posible lector un comprometido buscador de la verdad, es otra forma de ser impaciente además de inconsciente.

- Mutilar el libro de Urantia desafiando a la Fundación y vender la parte IV por separado «para que más gente conozca más rápidamente la vida de Jesús» es otra forma de impaciencia además de una falta absoluta de respeto a los Reveladores, a la comunidad de lectores y a la Revelación, aparte de un robo.


Pero estas cosas no las entendéis, porque no os atrevéis a miraros en el espejo. Hacéis todas estas cosas o las consentís despertando la antipatía temporal de otros urantianos, y como no podéis rebatir nuestras críticas entonces nos llamáis «elitistas».

***


El tema de cómo se gestaron los documentos es recurrente, sale cada pocos años en todos los foros.


Cierta curiosidad sobre el asunto está justificada. Pero como en última instancia los procesos clave fueron un misterio hasta para los más directamente implicados -hay involucradas técnicas moronciales, y a nosotros se nos escapa toda técnica moroncial- será útil hacer una plantilla para copiar y pegar año tras año.

Cada uno que se haga la suya, teniendo en cuenta que son muy pocas las cosas importantes que hay que saber relacionadas con la aparición material de la Revelación.



Lo primero a tener en cuenta es que mucho de lo que te puedes encontrar en internet al respecto son tonterías. Ya que los contrarios a la revelación no pudieron atacar el contenido mientras estuvo protegido legalmente (copyright), lo que hacen es divulgar estupideces sobre su origen o sobredimensionar la importancia de su forma de materialización para ofrecer un abanico de excusas a los potenciales lectores desalentando su lectura. Aquí, los que no piensan por sí mismos ya caen.
Daros cuenta que lo primero que hace la gente cuando les hablas un poco de Urantia es poner «Urantia» en Google... y lo que salga, salió.


Aspectos relevantes:
         
1.- Para que la Revelación se publicara con garantías, los reveladores eligieron a una familia seria y confiable, avanzada en los tres terrenos del conocimiento (ciencia, filosofía y religión). Una familia desahogada, con habilidades sociales, con iniciativa y con potencial. Da igual si se llamaba Sadler.

¿Podría haber confiado en ti un Consejero Divino, por ejemplo, para transmitir un mensaje al mundo sin que metieras la pezuña en su contenido? Pues ya tienes la prueba de que esas personas existimos. En estas cuestiones el único que no confía en nadie al cien por cien es siempre quien él mismo no es confiable al cien por cien.


2.- Para que no hubiese necesidad de que ninguna autoridad celestial «encarnara», pero a la vez se evitara toda injerencia de mente humana, se utilizó como mediador de comunicaciones (no de la obra) al despejado Ajustador de alguna persona que no presentase ningún tipo de objeción a servir de vínculo a lo desconocido, mientras estuviese dormido. Por eso se utilizó un sujeto durmiente. Y de él se habla en la propia Revelación. Lo justito.

          Gracias a Dios, el nombre del sujeto durmiente se pudo mantener en secreto hasta el final y así nadie tendrá que adorar a un nuevo santo. Hay cristales traslúcidos que distorsionan la luz original, y hay cristales tan transparentes que nadie nota el cristal. Los Reveladores contaron con un experimentado Ajustador habitando la mente de un humano admirablemente dispuesto a apartarse a sí mismo del proceso. Un ser humano tan elegido para el proceso como desinteresado de él mientras durara. Justo lo contrario de las canalizaciones a las que nos tienen acostumbrados actualmente los pesados continuistas de sextas revelaciones de época, donde no sólo no son elegidos por ningún espíritu bueno sino que persiguen activamente el contacto a través de sus mentes mortales e impresionables, potenciando aún más la inconveniencia de los mensajes que después divulgan.


3.- Para que no todo el peso de la responsabilidad de un proyecto de esta envergadura recayese sobre una sola persona, se promovió la creación de una Comisión de Contacto compuesta por un reducido número de personas de plena confianza (5, 6, 7, da igual) que interactuarían con los reveladores. Da igual que dos o tres de ellos fueran Sadler, cuatro si contamos a la adoptada Christy.


4.- Para que la Revelación fuera efectiva, se necesitaba tantear la preparación, capacidades e intereses de la humanidad de la época. Para ello se propició un foro que hacía preguntas regularmente, invitados por los sociales y carismáticos miembros de la Comisión, y con cuyas respuestas los documentos «engordaron».


5.- Los documentos simplemente «aparecían» de un día para otro, ya escritos a lápiz y traducidos al inglés por un invisible medián -mediano, midwayer-. Desaparecían una vez que se copiaban a máquina.

            La leyenda de la caja fuerte de un banco de Chicago proviene de que Sadler, según dicen muerto de curiosidad y todavía pecando de escepticismo ante lo sobrenatural, depositó una de las entregas en una caja fuerte de un banco para ver si aún así desaparecían, hasta que los reveladores le dijeron que dejara de hacer bobadas (no textual, esto lo digo yo ;-). Evidentemente, los escritos «1» desaparecían de la misma misteriosa manera que aparecían.


6.- La parte IV no estaba prevista inicialmente, por desventajas que podemos imaginarnos o no imaginarnos ahora mismo. Esta inclusión puede despertar suspicacias en lectores no nacidos en entornos cristianos –la mayor parte de Oriente, por ejemplo–, o puede hacer recelar tanto a acérrimos seguidores de la Biblia como a fuertes decepcionados de las diversas iglesias cristianas, quizá por persecución. Mientras tanto, es cierto que los mensajes más importantes que salieron de boca de Jesús YA están incluidos en los evangelios canónicos del Nuevo Testamento sin serias distorsiones.

          Yo he leído dichos Evangelios con posterioridad a Urantia, y sólo existe una concreta gran distorsión de la que ya previene Urantia. Me refiero a «cierto Jesús apocalíptico». Quitando eso, todo lo demás está bien. Las grandes distorsiones de la Iglesia vendrían «después» y «alrededor», empezando por las ideas del siempre perseguidor Pablo.


7.- Los Reveladores no querían que nada material perdurara para evitar que se hiciera de ello algo sagrado para el indolente humano.
Cuando los documentos escritos por ellos a mano se pasaban a máquina, aquellos desaparecían.
Cuando los documentos mecanografiados se pasaban a plancha de imprenta, se mandaba que se destruyesen.
Y cuando la tecnología de imprenta avanzase lo suficiente como para que las planchas ya no sirvieran más, que se destruyesen igualmente.

Se conservaron desde el principio, eso sí, tres copias originales mecanografiadas en cierto lugar a salvo de amenazas y sin que el pobre Larry Mullins se acabara enterando de dónde. Por supuesto, la soberbia de Mullins es tal que está convencido de tener derecho a saberlo.

Como nuestros hermanos mayores no hacen «nuestros trabajos», aquellos que nosotros solitos pudiésemos hacer bien, los reveladores se desentendieron de los posibles errores incorporables durante el proceso de linotipia (de los papeles mecanografiados a las planchas de imprenta). Somos capaces y competentes nosotros solitos de volver a poner Jerusalén en la segunda edición de The Urantia Book si algún humano en la cadena puso Gerusalén para la primerísima edición de 1955 y nadie advirtió el error en las pruebas.


8.- Los reveladores, incluso los de alta jerarquía, son seres superiores a los humanos en todos o la mayoría de aspectos, pero no perfectos. Especialmente los medianes –midwayers-, que están bastante próximos a la condición humana (comparativamente). Por tanto, en la preparación de una obra de 2000 páginas y un millón de palabras pudieron y de hecho cometieron alguna incorrección, insignificante o muy fácilmente subsanable.

                 Si a esto sumamos los múltiples errores menores y humanos introducidos durante la impresión, en una época en la que no había ordenadores, tendremos una pequeña lista que corregir para futuras ediciones. Todas las correcciones hechas en todas las ediciones del libro publicadas por Urantia Foundation se pueden englobar en lo que entendemos por «errata». Esto es, equivocación material cometida en lo impreso o manuscrito.
                                  
               Los Medianos, que no son tontos, eran conscientes de que la primera edición de Urantia aparecería con una pequeña lista de erratas, pero dieron el visto bueno a la publicación cuando ya sabían que no aparecería ni un solo error de SIGNIFICADO.

               Fueron conscientes de haber llegado a un punto, después de décadas enteras de trabajo e interacción con los humanos, en el que habría garantía de que ningún significado relevante pudiese aparecer corrompido en el proceso. Cosa, por cierto, tan fácil de probar como ponerse a analizar la lista de correcciones.


ESTE es el texto revelador que Urantia Foundation debía y debe proteger.

En cualquier obra, si uno de los dos debe primar, es el contenido semántico sobre el sintáctico.

¿Lo entiendes al menos tú?

***


Sí, ante falsas acusaciones, ¿Qué mejor que un análisis directo?

Cada vez que te harte ver a alguien poniendo el grito en el cielo por unos supuestos «terribles» cambios que efectuó Christy/ Urantia Foundation sobre el texto de 1955 y aproveche el revuelo para justificar puntos de vista personales o desconfianzas personales, sé intrépido e invita a tomar la dichosa lista de cambios para trabajar directamente sobre ella y sacar propias conclusiones.

Mira, yo te invito a hacerlo ahora mismo
y a continuación te dejo algunos análisis:

Cambios tipográficos entre mayúsculas y minúsculas no son alteraciones. Son correcciones.



Si el 9 y el 0 se parecen, y un dígito de un largo número de serie sin la menor trascendencia bailó... ¿A quién le quita el sueño?



Cada vez que CORRIGES, lo que haces es reconvertir de nuevo el texto 3 al 1, que es el texto bueno y lo que hay que proteger.

Un cambio entre «este» y «oeste» sí cambia un sentido. ¡Oh! ¡Madre del Amor Hermoso! ¡Lo cambia del todo, pues es justo lo contrario! Entonces CONTEXTUALIZAS. ¿Cuál es la verdadera relevancia del cambio? ¿Supone un cambio importante y trascendental para el contenido de la Quinta Revelación de Época?



El Estrecho de Bering está al este de Asia, pero en un mapamundi se pone tradicionalmente a América al oeste de Asia/Europa. Si tú quieres hablar en la página 883-7 de la raza roja peleando sin cesar con el resto de tribus, y que no dudó en «pasarse a América» ¿Tú qué dirías, que se pasaron al este o al oeste? Pues dependerá de a qué te refieras, una de las opciones estará un poco mejor y por eso se cambió. Si este cambio es al final nimio es porque la verdad de las posiciones de ambos continentes es verificable por cualquiera con sólo abrir cualquier atlas.

Es decir; tienes ante ti uno de los cambios más importantes que efectuó Urantia Foundation / reveladores sobre la primera edición 1955 y resulta que es una porquería de cambio, un cambio decepcionante –para algunos- porque es imposible desconfiar de alguien. En un globo terráqueo y entre continentes, este y oeste serán siempre relativos.

No obstante, puede que haya habido ya algún fanático de la edición 1955 soltando en público la sensacional primicia de que el Estrecho de Bering está en realidad al oeste de Asia.


Los fetichistas se obsesionarán con el texto que se imprimió en 1955, reflejando la inamovilidad y terquedad de sus propias mentes.

El buscador de la verdad lo contextualiza todo, y sabe que la perfección en el universo es algo a lo que uno se acerca con paciencia, si así lo elige y es valiente.




—«¡¡SE CAMBIARON PLANCHAS ENTEERAAAS!!» repite escandalizado Mullins aquí y allá. Pues obvio, hijo. Si te decantas por Bethphage en lugar de Bethpage para una villa que no está en ningún país anglosajón ubicada en una tierra que no usa letras latinas y por tanto has tenido que adaptar este nombre propio cada vez que sale, y resulta que sale 13 veces, pues a lo mejor sólo con esto ya tienes que cambiar 11 planchas enteras, al desplazarse toda una línea por un simple cambio de carácter. (puede salir Bethphage más de una vez en una misma página).

En hebreo la «efe» y la «pe» se representan con el mismo carácter «פא» que se escribe «פ». Traslada al inglés בית-פגי, nombre compuesto para una aldea que presuntamente significa «casa de los higos tempranos», mientras te aviso que se podría pronunciar «efe» de forma compuesta pero «פגי» se tiene que pronunciar con «pe» puesto que en hebreo natural no existen las palabras que empiezan con sonido «efe».


Bueno, pues ya tienes aquí una dificultad y una decisión que tomar en el traslado de este nombre propio a caracteres anglosajones, si bien ningún significado se altera. ¿Te decantarás por escritura o por pronunciación? ¿Cambiarás de parecer después, algo a lo que tienes derecho?

Según parece, Bethpage existe tal cual como municipio del estado de Nueva York, mientras que la ciudad bíblica aparece en las biblias anglosajonas como Bethphage. ¿Qué harías tú, entonces? ¿Dejarías Bethpage como aparece en la edición 1955 o cambiarías a Bethphage como apropiada corrección menor?



He puesto ejemplos de posibles análisis de los cambios «más llamativos» de todos. Cualquiera puede jugar a los detectives sobre estas correcciones menores, correcciones que representarán simples anécdotas para los futuros creyentes de Urantia.

El lector que se considere ya perfecto y merecedor de no otro libro revelador que una primera perfecta edición proveniente de otro ser ya perfecto, brillante e infalible como él, y editado con unos medios tan absolutamente perfectos como los que él solito se ha auto-creado en todo su divino esplendor, que espere sentado.

Esto es como el necio que no quiere probar ninguna manzana a menos que sea absolutamente perfecta. En color, en tamaño, en peso, en forma y brillo. ¿Es que te la mereces? ¿Es que ya eres un ser perfecto? ¡Saborea la manzana que te toque y tira p'alante!

Tener que hacer menos de cien correcciones menores en un libro de un millón de palabras equivale al porcentaje de una errata por cada diez mil palabras, todo un éxito para tratarse de una época en la que no existían ordenadores. Pero hay gente que tiene que rasgarse las vestiduras por memeces mientras consienten con los verdaderos ataques a la Revelación.



Colar el mosquito y tragarse el camello, ahora me acuerdo.

***


Tres puntos esenciales:

1.- De igual manera que tú puedes ir de una ciudad a otra andando, corriendo, en bus, en coche, en tren o en patines, cada medio de transporte con sus ventajas e inconvenientes, pero lo que importa es que llegues íntegro y que llegues a tiempo, los Reveladores dispusieron con toda seguridad de varias maneras de hacernos llegar una Revelación importante, cada manera con sus ventajas e inconvenientes, y lo único que importa de la Revelación es su propio contenido.

Si tú llegas a tu destino con algún arañazo por el camino, no importa porque cicatriza. Si la Revelación llega al destino de su publicación, y su primera edición con alguna errata en el camino, tampoco importa porque cicatriza en el camino a las siguientes ediciones.


2- Todas las primeras ediciones de todos los libros publicados en este planeta antes de la llegada de los ordenadores salían con erratas. Todos. Por otra parte, es obvio que los reveladores de Urantia renunciaron a ser ellos quienes imprimiesen y distribuyesen el libro.

Si estas dos cosas las sabe todo el mundo, ¿Por qué a unos les cuesta más que a otros juntar las dos evidencias y sacar cierta conclusión, con lo maravilloso que es experimentar la verdad?


3.- Sea cual haya podido haber sido la manera en que los documentos de Urantia han llegado hasta tu casa, tú habrás tenido que confiar en algunos humanos de todas formas.

De nuevo, lo primero que te puede garantizar esa confianza es la coherencia de su contenido y la experiencia personal de comprensión de profundas verdades latentes entre los significados de los mensajes reveladores.

Lo segundo que te pudiese resultar una garantía podrían ser las figuras legales de protección intelectual del siglo XX como el copyright, lo que precisamente unos autollamados urantianos se molestaron de cargarse, cuando podría haber durado otros cincuenta años. Esto se llama «el enemigo en casa».

Son los mismos que están todavía hoy dedicando más tiempo a las historietas de dimes y diretes humanos que rodearon la revelación que en el contenido revelador mismo. Ahora salen compilados por Saskia Praamsma los diarios personales de Sherman, el miembro del foro que esperaba encontrarse material paranormal en los escritos de Urantia, y como no lo encontraba, se puso a difamar a la persona en quien los Reveladores sí confiaron.


El análisis psicológico del morbo que pueden despertar los diarios de Sherman es el siguiente: Los miembros del foro, para ser tenidos como tales, tuvieron que jurar no desvelar lo que allí acontecía. Si hubo un tipo del foro que se hizo rebelde y desafió a la Comisión de Contacto, estarán en él puestos los ojos de quienes estén dispuestos a desconfiar de la Revelación en sí misma, puesto que todo lo que sea poder incorporar elementos de justificación a tus dudas te hará sentir mejor –menos solo, si es que dudas–.

Sherman prestó oídos a un siniestro policía que hacía viajes astrales a Júpiter y que le prometía la fama reservada a los desafiadores de grandes proyectos. Saskia Praamsma presta hoy oídos a Sherman, y los que no quieran creer en la Revelación prestarán oídos ahora a Saskia, prestos a interesarse por nuevas historietas futuras externas a la Revelación, dando lugar a textos apócrifos basura de Urantia, que vayan a dejar constancia de tonterías como constancia quedó en su día de que Jesús hacía pájaros de barro para... ¿Para qué?


Unos libros se llamaban «The Sherman Diaries», y como se ve que no se vendían lo suficiente, cambiaron el título por «THE URANTIA DIARIES... of Harold and Martha Sherman». No son en absoluto los diarios de Urantia. No existen tales diarios porque se quiso sabiamente que no existieran, mas ¡Ay! ... Éste es el nivel de honestidad que se maneja aquí...


Estoy completamente seguro que a Saskia Praamsma no sólo no le importa publicar material que se juró en su día no desvelar, sino que declarará hacerlo «en aras de la verdad». Porque cuando estás publicando el diario de cualquier persona estás publicando...

…«la Verdad»...

¿No?

***


No pensaba hacer una crítica de este libro. Pero, tal como me pasó con el de Gardner, empecé a escribir cuando ya empecé a hartarme de tonterías. Con Gardner empecé enseguida y con éste empecé más tarde, ya que los primeros capítulos aparentaban la objetividad alegada, y parecía que al contar la historieta tras los escritos se describían a los humanos que ya daban vueltas como hormiguitas a una Revelación que nos sobrepasa a todas las generaciones.

Los miembros de la Fellowship pasaréis a la historia de Urantia como el grupo de fans de Urantia pero que no amaban la Verdad. Que parloteaba sobre aspectos terciarios de la llegada de la Revelación y se perdía en asuntos institucionales y administrativos antes que en profundizar en el contenido de la Revelación. Que promovía suspicacias sobre los humanos a los que los mismos Reveladores eligieron y les tildaban de elitistas, en vez de confiar en esos humanos igual que los Reveladores obviamente hicieron al haberlos bien elegido o bien aceptado.



Sois los que siempre hacéis o promovéis algo que desentona con la propia revelación, y cuando esa falta de tono hubo sido importante y la Fundación os intentaba poner sabio freno, os poníais a patalear y a chantajear como niños malcriados.

Sois como el umbral entre dos tipos de humanidad; la que está claramente preparada para una Revelación así y la que claramente no está preparada para una Revelación así. Os metéis en sectas urantianas con nombres del tipo «Hijos de Dios» o atacáis el copyright de la Fundación para poder publicar por vuestra cuenta The Urantia Book con segundos títulos sensacionalistas, como «La Biblia de Dios».


Eso, eso es exactamente lo que habéis entendido de Urantia y eso es suficiente prueba de que no habéis entendido ni lo más importante de la Revelación, porque no pensáis.

Y no pensáis porque no amáis la Verdad, ni aunque os den u os quiten documentos de la primera gran Revelación que ha venido en forma de libro.


La Fundación no se creó para convertirse en faro de iluminación del mundo o para crear un grupo de lectores elitistas. No hay nada de eso en su Declaración de Fideicomiso constituyente. Se creó desde el amor por la revelación pero para una labor exclusivamente material como lo es cualquier libro; la protección por todos los medios posibles de la Quinta Revelación de Época -su contenido- ante cualquier posible intento de modificación o distorsión que pudiese venir de cualquier frente, incluso de autollamados urantianos que en realidad no pueden serlo; al defender teorías que contradicen flagrantemente el mensaje revelador.

Vosotros, que sois fetichistas como los líderes de las religiones evolutivas retrasadas del planeta, echáis de menos lo que sabiamente se destruyó; las planchas de imprenta primeras y primeros escritos a máquina, porque os gustaría que estuviesen en las vitrinas de un museo para comenzar con viejas peregrinaciones.


Insinuáis la importancia de ordenaros «ministros» religiosos, aunque la propia Revelación te diga que no hay autoridad humana espiritual; nadie avanza espiritualmente a expensas de otra persona. No obstante, estas secciones de Urantia no las llegáis a asumir, y todavía os tira el rollo sacerdote-feligrés; el feligrés sólo tiene que hacer un ritual para tener su conciencia tranquila y el sacerdote engorda su ego porque presuntamente está posicionado un peldaño por encima de los demás en ranking espiritual. Ese es el acuerdo, suponiendo que la cosa sea gratuita.


En vez de echar de menos la sabiduría que os aguardaría releyendo el libro una vez más, echáis de menos las planchas de imprenta «3» de la edición 1955 o los textos mecanografiados «2» que sirvieron una sola vez de puente entre el texto revelador y el libro material impreso. Menos mal que eran los propios seres intermedios los que hacían desaparecer el texto «1» una vez que cumplía su cometido, porque si pudierais os meteríais también con ellos.


Cualquier pensador se imagina sin dificultades que los seres intermedios disponen su propia copia de lo que ellos mismos legaron. Y cualquiera se imagina también que ellos son capaces de leer cualquier libro de cualquier lugar del mundo, pues el acceso al plano material no les está vetado en absoluto. Cuando los seres intermedios vieron que en la primera edición 1955 había alguna errata atribuida a sí mismos o vieron algo que no les gustaba, pues dieron un toque a los miembros de la Comisión de Contacto que aún sobreviviesen para corregir esas miserables erratas en futuras ediciones hasta que con la tecnología que se avecinaba -y que hoy ya disfrutamos- pudiéremos disponer finalmente de la Revelación perfecta ya no sólo conceptual sino formalmente.

Esto es, lo más cercanamente posible del texto «0», anterior incluso al texto «1» y que está en el idioma original de la mente de cada autor de Urantia y en una estantería de su mundo-hogar (podemos imaginar).



No puede haber unidad dentro del movimiento Urantia mientras haya un sector del movimiento que no esté unido a Urantia. Es lógicamente imposible. Habrá un sector que no esté unido a Urantia mientras sus miembros tengan creencias incompatibles con las enseñanzas o actúen contrariando el espíritu del propio contenido revelador o simplemente insistan con temas que Urantia ni siquiera cita.


Yo me pregunto: ¿qué necesidad tiene un reencarnacionista de presentarse como urantiano? ¿y un astrólogo? ¿y un mago? ¿y un espiritista? ¡que cada uno crea lo que quiera, pero dejarnos tranquilos! ¡Yo no voy a congresos de reencarnación, de magia, de geometría sagrada o de ovnis! No me interesa elevar la frecuencia cuántica de mi mente porque ni siquiera vosotros sabéis qué es eso ni me interesa estar pendiente de cómo cambia el eje de la tierra o se acerca Niburu...


En cualquier caso, entérate bien:
LAS FORMAS, LA MANERA en la que la Revelación vino no importa NADA, porque bien pudo habernos llegado el libro de maneras alternativas y el libro seguir teniendo idéntico contenido. No pierdas tu tiempo en libros terciarios basados en rumores o banalidades, porque un mensaje da igual que llegue por carta, por e-mail o por grabación, igual que da absolutamente igual si el mensajero que lo llevó se llamaba William o Perico de los Palotes.



Llaman «historia de los escritos de Urantia» a una colección de datos terciarios que rodearon la aparición del libro; las opiniones de unas personas, los juicios personales de unos escépticos, los relatos personales de unos creyentes, las dudas personales de unos desconfiados,... Subrayan nombres y apellidos de diversas personas involucradas en su recepción y escriben todo un libro para tratar de convencerte de que todo aquello es importante, pero no lo es.


La única verdadera historia de los escritos de Urantia será la que escriban líderes lectores embriagados POR SU CONTENIDO Y EN RAZÓN DE SU CONTENIDO. Líderes que aparecerán espontáneamente escribiendo libros que sí tienen que ver con Urantia, por obras secundarias que ayudarán a otros lectores a entender la revelación o que ayudarán a buscadores de la verdad a toparse con él dándole un voto de confianza. Líderes que vivirán las Enseñanzas, que vivirán con la fragancia espiritual de la Revelación y con la honestidad intelectual de la Revelación. Sin esperar que otros que no son líderes les digan que son líderes, sin esperar medallas, honores, y sin necesidad de ordenarse ministros. Líderes naturales y espontáneos, no líderes artificiales que parece que lo único que tienen que aportar es dinero y filosofías baratas.



La palabra «Verdad» (Truth) sale 777 veces en el Libro de Urantia, más aún que la palabra «Amor». Los reveladores no paran de remarcar la importancia de hacerse un buscador de la Verdad. De modo que, al final, un buen urantiano no será quien se sepa bien el libro sino quien diga la Verdad. Que la diga porque la haya encontrado, que la haya encontrado porque la hubiese buscado, que la hubiese buscado porque así lo hubo elegido, que así lo hubiese elegido PORQUE AME LA VERDAD.

Urantia ha venido cuando la humanidad empieza a buscar la Verdad, y eso significa que aún hay muy pocos urantianos en el mundo, tanto si no conocen el libro como si lo conocen.



Estoy de acuerdo con, y me gusta mucho, la sección dedicada al mundo hispano, supongo que cosecha íntegra del traductor Ángel Sánchez Escobar. Pero explica básicamente lo que tiene que hacer la persona para salvar su propia alma, no lo que tiene que hacer la persona intelectualmente para contribuir a que cierto libro tenga éxito. Aquello ya es historia de las personas, no historia de los Escritos de Urantia.

He detectado erratas menores en esta traducción del libro de Larry Mullins. ¿Qué harán Mullins y traductor con ellas para la siguiente edición? ¿Corregirlas, igual que hicieron o trataron de hacer los perfeccionistas seres intermedios y los miembros de la Comisión de Contacto cuando la plebe se lo permitió? ¿O ser consecuentes consigo mismos y quedarse con las malditas erratas «in sécula seculórum»?




David Carrera Ibáñez


Marzo 2017